Freud necesitó de un error sutil en una tarjeta de regalo que redactó en 1935 para llegar a una conclusión muy certera: "¡Qué sería un regalo que a uno no le pesara un poco!
Cuando nos desprendemos de lo que nos cuesta se producen dinámicas complejas que buscan boicotear el acto en sí. Si podemos reponernos a esta resistencia la terapia irá por buen camino. El de la confianza. No obstante, esta resistencia no es coto privado de una terapia, está en todos los aspectos de la vida.
Si nos planteásemos esto en fechas tan señaladas como estas, ¿cambiaría algo? Ayer veía a muchos niños subidos en un carrusel cuyas miradas iban destinadas a que sus progenitores fueran los destinatarios de sus emociones y estos, en lo que se afanaban, era en grabar con el móvil aquel momento. Rompían el fluir de la emoción. Querían ser inmortales.
Qué duro es no ser inmortal... Feliz Navidad, un año más.