Dice el catedrático Ricardo García Cárcel, en su ensayo "La Herencia del pasado" que cada territorio (refiriéndose a las comunidades) ha construído su propia tradición cargada de mitos y, a veces, de falsificaciones. Que se han montado su propia película de los hechos, a veces omitiéndolos y otras tergiversándolos. Comenta que hoy, el presente, lo invade todo. Hace una reivindicación de la historia larga.
Exactamente igual hacemos cuando elaboramos nuestra propia historia, ya no desde lo social, sino desde lo individual. Creemos, inconscientemente, que lo que nos ocurre, nuestra experiencia, es una sucesión de hechos inconexcos entre sí y que no se pueden explicar a través de nuestra experiencia. Craso error y muy peligroso, pues es habitual la frase, tanto en psicoterapia como en la calle, "¿Por que me vuelve a ocurrir lo mismo, si yo huí de aquello que me pasó? Precisamente por huir y omitir la reflexión. Por esta razón es imprescindible, en ocasiones, la ayuda externa del que usa la linterna para iluminar aquellos aspectos del camino que hemos apartado por dolorosos con la excusa de protegernos.
Conocer nuestra propia historia, individual y social, nos hará más libre.
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